Posiblemente la receta que te presento hoy sea el bocado más dulce que hayas comido en tu vida. Se trata de uno de los dulces más emblemáticos de la repostería escocesa. Lo encuentras en todos los supermercados tanto en Escocia como en el resto del Reino Unido, pero hacerlo en casa es toda una experiencia que te recomiendo hacer porque es una elaboración muy sencilla y porque el resultado es un bocado sencillamente mi-ra-vi-llo-so.
Puede que al leer los ingredientes tengas un subidón de tensión al ver la cantidad de azúcar que lleva este dulce. Es cierto que es una locura pero…seamos realistas, no nos vamos a comer todo de una atacada. Como mucho vas a tomar 2 o 3 trocitos. No pasa nada.
Las dos características principales de este dulce son su sabor y su textura. Por un lado, descubrirás un sabor a caramelo muy rico y suave que recuerda al tofe y por otro lado una textura terrosa que se deshace nada más entrar en la boca. Es difícil describirlo, lo tienes que probar…
Te dejo unos consejos que te pueden venir bien:
-Si tienes la suerte de tener una cocotte, estas de suerte porque esta receta queda de maravilla en este tipo de cazuelas pues se reparte muy bien el calor y permiten una cocción muy lenta ,como es el caso.
-No se te ocurra meter el dedo en la crema durante el proceso pues te quemarás con toda seguridad ya que la temperatura que se alcanza es muy elevada.
-Una vez cortados los cuadraditos, los puedes envolver en bolsitas de plástico para regalar o guardaros en una lata metálica.
-Necesitarás un molde cuadrado de unos 22x22 cm
-La cantidad de leche condensada es justo la lata pequeña. La cantidad de leche es la misma, te sirve la lata vacía para medir.
-Si quieres más recetas de Scottish Tablet u otras de la cocina escocesa, echa un vistazo a la cuenta de @rovinghaggis autora de la receta que te he presentado hoy.
Si te gustan este tipo de dulces, tienes que hacer éste. Con un té o un buen café, los tuyos te hacen la ola.
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