La receta no tiene ninguna dificultad, se trata simplemente de dorar el pollo y dejar que se haga en el vino blanco, por eso es muy importante hacerlo con contramuslos. Es una carne muy jugosa que se hace de maravilla en este tipo de guisos.
Suelo comprar los contramuslos en mi carnicería y le pido a Juan, mi carnicero de confianza que los deshuese, quite la pile y los corte a la mitad. También los puedes encontrar ya preparados en bandejas en tu supermercado de referencia aunque esta opción me gusta menos.
Lo único a tener en cuenta de la preparación es el vino blanco. El vino blanco peleón, no nos sirve. Necesitamos un oloroso, que de sabor al plato, un vino blanco de solera.
El guiso admite distintas guarniciones o acompañamientos: verduras salteadas, arroz blanco, patatas fritas…En casa, son estas últimas las que siempre triunfan, caseras o como en este caso, de bolsa, pero de las ricas….
Ingredientes:
• 4 contramuslos de pollo
• Sal
• Pimienta negra
• Aceite de oliva
• 2 dientes de ajo
• 1 vasito de vino blanco
Así lo hago yo:
- Comenzamos preparando los contramuslos si es que nuestro carnicero no lo ha hecho ya.
- Salpimentamos y ponemos un fondo de aceite en nuestra cazuela.
- Pelamos y cortamos los dientes de ajo en trocitos chiquitines.
- Cuando el aceite este caliente, doramos ligeramente los trozos de pollo junto con el ajo partido.
- Damos vuelta a los trozos para que se doren por ambos lados.
- Una vez la carne tenga un ligero tono marrón, añadimos el vino blanco y tapamos la cazuela.
- Dejamos que el pollo se haga durante unos 20 minutos a fuego medio.
- Servimos caliente con tu guarnición favorita.
¡Que te aproveche!
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